Reyes de Nájera - Pamplona

Los inicios del Reino de Pamplona-Nájera se encuentran, como ocurre con el resto de feudos cristianos de ese momento, en la separación de territorio navarro del dominio musulmán presente en Al-Ándalus, gracias a entre otros, a la importantísima intervención de Musa Ibn Musa, casado con la hija de Íñigo Íñiguez (Íñigo Arista), figura esencial a la hora de entender la formación del reino pamplonés emergente.

Asimismo los navarros consiguieron al igual que los aragoneses, la independencia respecto a los carolingios en la Segunda Batalla de Roncesvalles (824) instaurando en el primer reino navarro la Dinastía Iñiga, dirigido por el ya citado Íñigo Íñiguez.
Tras este incidente contra los infieles los Íñigos vieron necesaria una alianza con la poderosa familia de los Banu Qasi del Ebro, gracias a ello las tierras pamplonesas vivieron unos años en paz, además ampliaron sus territorios añadiendo ciudades como Tudela, Zaragoza y Huesca.

García I Íñiguez (810–870), hijo de Íñigo Arista, fue regente aproximadamente hacia el año 842 y llevó la dirección de las campañas militares durante los últimos años de la vida de su padre que enfermó alrededor de 841-842 y quedó paralítico. Sucedió a su padre en el trono de Pamplona en 851-852, además del de Sobrarbe.

La paz viene a ser alterada por la muerte del primer monarca y la ausencia de su sustituto natural en el trono, su hijo Fortún Garcés fue hecho prisionero por los musulmanes en 860 y estuvo retenido en Córdoba, en un denominado “exilio dorado”, más de 20 años.  Después de la muerte de García Íñiguez en 870 hasta el regreso de su hijo Fortún Garcés de su cautiverio en Córdoba en 882, parece que gobernó como regente en Pamplona García Jiménez, hijo de Jimeno García (dinastía Jimena). 

Sancho Garcés I ocupó Pamplona cuando todavía reinaba Fortún Garcés,  Sancho después de eliminar los derechos patrimoniales de los hijos de Fortún Garcés y destronar a Fortún Garcés se proclama rey de Pamplona en el año 905, inaugurando lo que conocemos como el Reino de Pamplona-Nájera.

Dinastía Arista-Íñiga

  • Íñigo Arista 816-852
  • García íñiguez 852-882
  • Fortún Garcés 882-905

Dinastía Jimena:

  • Sancho Garcés I (905-925).

El reinado de Sancho Garcés I fue determinante por el gran impulso que aportó a la reconquista navarra, situando la frontera del nuevo Reino en la línea del Ebro. El segundo pilar de su política fueron las relaciones con el vecino condado de Aragón, acción que culmina con la anexión territorial de ambos espacios por la boda de la hija del conde aragonés con el heredero al trono navarro, el que una vez en él fue conocido como García Sánchez I.

  • García Sánchez (925-970) conocido como García Sánchez.

Durante su minoría de edad, fue su madre doña Toda quien gobernó en alianza con el Rey de León y el señor de Zaragoza, participó ésta en la batalla de Simancas junto con Ramiro II y los castellanos de Fernán González, donde derrotaron a los musulmanes. Casado con doña Teresa y tomando el gobierno del reino con la ayuda de Abderramán III, que alentado por éste, atacó al conde de Castilla Fernán González que hizo prisionero en la batalla de Cirueña año 960 y posteriormente dio libertad, negándose a entregarlo a los musulmanes, asociándose entonces a los condes de Barcelona.

  • Sancho Garcés II Abarca (970-995).

Hereda el condado de Aragón. La superioridad mostrada en el reinado anterior frente a los musulmanes fue puesta en entredicho en este y es que el poder de Abarca coincide en tiempo con de Al-Mansur, uno de los cordobeses más temidos dada la enorme lista de victorias con las que contaba como la acaecida en el año 981 cuando las tropas castellanas y navarras son derrotadas y ven impasibles cómo ciudades tales como Zamora y la misma Simancas, conquistada hace poco tiempo, son destrozadas por las tropas musulmanas.

  • García Sánchez “El Temblón” (995-1000).

Combatió a los moros en alianza con los Reyes de León y Condes de Castilla. Estuvo casado con doña Gimena. Reparó el monasterio de Sojuela. Junto a su hijo Sancho Garcés III, Alfonso V de León y el Conde de Castilla derrotan a Almanzor en Calatañazor año 1002.

  • Sancho Garcés III EL MAYOR (1000-1035).

Con Sancho Garcés III el Reino de Nájera-Pamplona alcanza su máxima extensión y hegemonía que desaparece con la división de sus dominios entre sus hijos. Su reinado fue largo y repleto de decisiones políticas de gran trascendencia como la apertura del reino que dirigía hacia Europa, el impulso a la reforma cluniacense o la creación de una ruta compostelana que cruzaba las tierras navarras, camino más seguro que el de sus vecinos cristianos. Acuñó en Nájera la primera moneda cristiana con la leyenda de Naiara/Imperator. Fue el gran protector del monasterio de Suso en San Millán y concedió el famoso fuero a Nájera.

De él aseguran que era hábil en el arte de la guerra y la diplomacia, cualidades que le encumbran sobre los otros reyes cristianos y por el que se le apoda El Mayor. Coincide en el tiempo con los conflictos civiles que asolan el Califato de Córdoba y que lo harán desaparecer definitivamente en el año 1032.

  • García Sánchez III EL de Nájera (1035-1054).

Nació se crió y tuvo su corte en Nájera, recibió de su padre el reino de Navarra que comprendía parte de Santander, parte de Burgos, Navarra y La Rioja, siendo el resto de posesiones de las que disponía su padre divididas entre sus hermanos. La relación entre éstos marcará la vida política de este monarca, en especial la establecida con su hermano Fernando de Castilla quien le arrebata tierras que pretende reconquistar pero que le cuestan la vida: muere en la batalla de Atapuerca (1054).
De profunda religiosidad García III mandó construir el Monasterio de Santa María la Real de Nájera para después centrar sus esfuerzos en el de Yuso.
A su violenta muerte el reino se desmorona. Sus hermanos se dividen sus posesiones: Alfonso, rey de Castilla, se queda La Rioja mientras que Sancho Ramírez de Aragón se autoproclama rey de Navarra.

  • Sancho García IV El de Peñalen (1054-1076).

A los 14 años fue proclamado Rey en el mismo campo de Atapuerca, donde murió su padre, recibiendo el reino de Navarra relegado a sus antiguas fronteras, fue un excelente Rey que le llamaron El Noble. Se casó con doña Placencia, Clara o Blanca de Normandía. Sancho II el Fuerte, rey castello-leonés invadió los montes de Oca, La Bureba y la misma Navarra conquistando la Plaza de Viana. Sancho el de Peñalén buscó la ayuda de Sancho Ramírez de Aragón, quien derrotó en Viana a los castellanos en 1067. Alfonso VI invadió temporalmente La Rioja quien con Al-Muqtadir querían poner un rey sumiso en Navarra. Conjurados sus hermanos contra Sancho, su hermano Ramón le despeñó por un precipicio en los bosques de Peñalén, mientras cazaba. Tomada Nájera por Alfonso VI, deja el mando de la ciudad en manos de D. Lope Diaz de Haro, señor de Vizcaya.

Como consecuencia de estos reinados se constituye el Panteón Real en el Monasterio de Santa María La Real de Nájera, donde se hallan enterrados 5 reyes, 7 reinas, 19 infantes, 1 duque, múltiples caballeros con títulos de conde y personajes importantes, distribuidos en el Panteón Real, Cueva de la Virgen, Nave del Evangelio, Capilla de la Cruz, Claustro de los Caballeros, Claustro y Capilla de la Vera Cruz.

El reino de Pamplona se incorporó entre 1076 y 1134 a los territorios aragoneses, segregándose en el reinado de García Ramírez. En el de Sancho el Sabio (1150–1194) pasa a llamarse Reino de Navarra.